El contenido BIM será la base de datos del mañana
En 2023, el sector de la construcción se encuentra en una encrucijada en su viaje hacia la digitalización. A medida que navegamos por el panorama del modelado de información de construcción (BIM), se hace evidente que el salto previsto no se ha materializado como se esperaba. En lugar de celebrar los pasos monumentales que hemos dado, este artículo profundiza en las realidades matizadas de la adopción de contenidos BIM dentro del sector, pintando una imagen sincera de dónde nos encontramos.
En este artículo se abordarán los siguientes temas:
- El panorama del contenido BIM
- Desenmascarar el efecto Dunning-Kruger del BIM
- La información como activo: desvelando el valor oculto;
- Valorar la información: Un cambio de paradigma
- Superar el síndrome de la “página en blanco” en la colaboración
- Llamamiento a los fabricantes de productos;
- La función crucial de las bases de datos
- Hacia el nivel 3 de BIM
El panorama del contenido BIM
En el corazón de BIM se encuentra su contenido: la información legible e integrada en un proyecto BIM. Este concepto tan amplio adopta diversas formas y tamaños, desde bases de datos y archivos Excel hasta plug-ins especializados. Es una entidad dinámica que sirve de alma a la construcción digital. Sin embargo, a pesar de la versatilidad del contenido BIM, su adopción en el sector ha encontrado obstáculos.
Suponiendo que el sector de la construcción opere predominantemente en el nivel de madurez 2, según la estrategia de construcción del Reino Unido, significa un esfuerzo colectivo de colaboración a través de Industry Foundation Classes (IFC) o ecosistemas de software propietario. El nivel 1, que implica documentación 2D y 3D y la introducción de un Entorno Común de Datos, ya se ha implantado en gran medida.
La cuña del BIM
Sin embargo, la realidad revela una laguna en el aspecto colaborativo del BIM. Aunque muchos profesionales pueden trabajar sin problemas con documentación 2D y 3D y emitir archivos IFC, la verdadera esencia de la colaboración sigue siendo esquiva. La pregunta persiste: ¿cuándo pasaremos de una coexistencia de información en silos a participar activamente en prácticas de construcción colaborativas?
Desenmascarar el efecto Dunning-Kruger del BIM
Desentrañar las capas del efecto Dunning-Kruger del BIM saca a la luz un sesgo cognitivo por el que las personas con conocimientos limitados tienden a sobrestimar sus capacidades. Este fenómeno se ha filtrado en la comunidad BIM, creando una ilusión de competencia y dando lugar al término “lavado BIM”.
El “lavado BIM” o BIMwash es un término que suele utilizarce para describir pretenciones infladas y/o engañosas sobre el uso, o la entrega de servicios, o productos BIM.
El efecto Dunning-Kruger del BIM
En un lado del espectro, los profesionales de la construcción, principalmente arquitectos, aparejadores, ingenieros y constructores, atrincherados en la tecnología BIM, pueden percibir sus objetivos de construcción digital como cumplidos. A menudo, esta percepción se debe a un rechazo de los métodos de construcción digital mejorados o a una confianza excesiva en los argumentos de marketing de los fabricantes de software. Estos son los BIMers del pueblo, que trabajan en BIM pero con capacidades de colaboración limitadas.
Por otro lado, hay arquitectos, aparejadores, ingenieros, constructores y consultores que superan los retos de la conectividad. Estos BIMers con capacidad de conexión reconocen que la consecución de un activo digital requiere un objetivo en el mundo real. Algunos incluso han ido más allá de los confines de la terminología “BIM”, refiriéndose a ella como datos que pueden exportarse a varios formatos: texto, gráficos, impresión, conexiones o Internet de las Cosas (IoT).
Una potente fuerza motriz que empuja al sector hacia una colaboración digital eficaz es la implicación de ciudades y gobiernos. A través de mandatos y guías de contratación, configuran el panorama y ayudan a los profesionales a realizar proyectos BIM. Sin embargo, no son inmunes al efecto Dunning-Kruger del BIM, ya que en ocasiones solicitan archivos e información sin un uso previsto claro. A pesar de ello, algunas ciudades y gobiernos tienen un objetivo claro para la información que buscan, lo que se traduce en políticas de contratación coherentes y Requisitos de Información del Empleador (EIR).
Para trascender las limitaciones descritas en la literatura de marketing de BIM, los profesionales deben profundizar en las capacidades de su software preferido. La búsqueda de una mayor colaboración debe ir acompañada de un profundo conocimiento de los objetivos reales en los que se basan sus resultados. Para que la entrega de información sea flexible, hay que trabajar desde una zona de confort y asegurarse de que las partes interesadas se sienten cómodas en la suya, un enfoque intermedio que fomenta la colaboración.
La información como activo: desvelando el valor oculto
Más allá de la colaboración BIM, descubrimos el activo más valioso de los profesionales BIM: la información. A menudo se pasa por alto que el diseño, las especificaciones, la construcción y la gestión de un proyecto de construcción dependen de una gran cantidad de información. Esta información debe introducirse, generarse y entregarse en cada fase del desarrollo del proyecto. Lo crucial es darse cuenta del valor inherente de esta información y comprender que su configuración y definición dictan su valor.
En cada coyuntura del desarrollo del proyecto, la necesidad de información va acompañada de la generación de nuevos datos. Hay que hacer un esfuerzo consciente para reconocer que esta información tiene un valor intrínsico. Cuanto más definida y ordenada esté la información, más valor tendrá. Este principio se extiende a la información producida: una base de datos bien configurada, un modelo de proyecto, archivos entregables o IFC contribuyen al valor global.
Valorar la información: Un cambio de paradigma
Imagine un escenario en el que se requiera menos esfuerzo para iniciar las tareas de un proyecto. ¿La clave? Solicitar información bien definida y ordenada. ¿Quiere ahorrar tiempo en revisiones y correcciones? Asegúrese de que la información está bien definida y ordenada. Al inculcar un sentido de valor en la información adquirida y entregada, el énfasis se desplaza de forma natural hacia cómo se configura y define esa información.
Este cambio de paradigma sitúa a las bases de datos en primer plano. Una base de datos bien configurada se convierte en el eje de la eficacia, mejorando los procesos de trabajo y elevando el valor de los resultados. El acceso a una base de datos de este tipo permite una colaboración más fluida, ya que las partes interesadas pueden navegar por los entresijos del proyecto con facilidad.
Superar el síndrome de la "página en blanco" en la colaboración
El contenido BIM, similar a un bien valioso, suscita un enfoque cauteloso a la hora de aventurarse más allá del ecosistema BIM conocido. El síndrome de la “página en blanco”, una vacilación a la hora de explorar herramientas o metodologías alternativas en busca de la eficiencia, se cierne sobre nosotros. Sin embargo, esta misma exploración distingue a los BIMers de aldea de los BIMers conectivos.
Existen numerosos servicios y opciones de software para catapultar la productividad, la interoperabilidad y la automatización a nuevas cotas. La clave está en tender la mano y hacer las preguntas adecuadas. Iniciar conversaciones con proveedores de software, colaboradores inmediatos, empleadores y fabricantes de productos sienta las bases para mejorar la colaboración. Las indagaciones específicas, como preguntar a los proveedores sobre una funcionalidad concreta o colaborar con los compañeros sobre los métodos de entrega de trabajo preferidos, son pasos fundamentales.
En 2023, varios oasis aguardan a quienes atraviesen el desierto de la conectividad. El reto consiste en saber dónde buscar. La brújula que guíe esta exploración debe ser el objetivo fijado para mejorar las prácticas de trabajo.
Emprender el camino hacia una mejor colaboración y gestión de la información conlleva recompensas intrínsecas. Adaptarse a los criterios o flujos de trabajo del empleador se convierte en un proceso más rápido y fluido sin interrumpir los flujos de trabajo individuales.
Llamamiento a los fabricantes de productos
Los fabricantes de productos desempeñan un papel fundamental en el ecosistema BIM. Estar en sintonía con los requisitos de información de los clientes potenciales que operan en un entorno BIM es primordial. Aunque las bibliotecas BIM pueden albergar información exhaustiva sobre los productos, es una buena práctica asegurarse de que se actualizan periódicamente con información bien ordenada y directa. El futuro del diseño y el análisis de edificios depende de la eficacia de los contenidos BIM.
Si eres fabricante, y quieres evitar el fracaso de tu adopción en BIM, te recomendamos el artículo Porqué fracasan algunos fabricantes con el BIM
La función crucial de las bases de datos
Más allá de los debates sobre BIM nivel 1 y BIM nivel 2, un nivel que resuena entre los BIMers conectivos es BIM nivel 3, dentro del marco de la serie ISO 19650. Aunque la plena realización del nivel 3 de BIM implica a todos los participantes en el proyecto, algunos profesionales del sector de la construcción ya están preparados para operar en este nivel. Los BIMers conectivos, alineando sus políticas para la inclusión de contenidos BIM y la generación de información, navegan por entornos de proyecto estandarizados e interoperables.
La existencia de profesionales que operan en el nivel 3 de BIM significa la viabilidad de los flujos de trabajo de construcción digital. Sin embargo, no supone un freno a los avances del sector. Al contrario, la presencia de estos profesionales subraya la necesidad de que la infraestructura del sector se ponga al día con las capacidades demostradas.
Un elemento crucial en el camino de las infraestructuras hacia el nivel 3 de BIM es la disponibilidad de bases de datos para el desarrollo de proyectos. A medida que los requisitos de información del proyecto evolucionan y se multiplican, las bases de datos deben ajustarse a las diversas necesidades de información. Esto no requiere una base de datos completa con información verificada al 100%; significa etiquetar las bases de datos con información que falta o no verificada, adecuándolas al uso específico del proyecto.
En esencia, una base de datos con información incompleta o genérica sigue siendo un activo que sirve de punto de partida para las tareas del proyecto. Esto es válido para el contenido BIM, en el que hay disponibles varios niveles de contenido. La clave está en reconocer que no todo el contenido está desnudo para el uso previsto. El objetivo final es superar el umbral, permitiendo la generación de bases de datos y contenidos BIM capaces de operar en diferentes niveles de madurez de la información y a través de varias fases del proyecto.
Hacia el nivel 3 de BIM
La visión del nivel 3 de BIM dibuja un futuro en el que los profesionales operan sin problemas en un entorno de proyecto estandarizado e interoperable. Aunque algunos profesionales ya son capaces de hacerlo, el sector en su conjunto no debe dormirse en los laureles. El hecho de que algunos profesionales operen en el nivel 3 de BIM subraya la eficacia de los flujos de trabajo de la construcción digital. Sin embargo, el sector en su conjunto necesita elevar su infraestructura a este nivel.
La disponibilidad de bases de datos para el desarrollo de proyectos es fundamental para esta infraestructura. Estas bases de datos deben satisfacer las necesidades de información de los proyectos, siempre cambiantes y diversas. El reto no consiste en disponer de una base de datos completa con información verificada al 100%, sino en garantizar que las bases de datos con información no verificada o que falte estén debidamente etiquetadas. Este etiquetado permite discernir a la hora de elegir la base de datos adecuada para un proyecto determinado, fomentando la eficiencia en las tareas del proyecto.
El camino hacia el nivel 3 de BIM requiere la capacidad de generar bases de datos y contenidos BIM adaptables a distintos niveles de madurez de la información y fases del proyecto. Este enfoque garantiza un excedente de bases de datos y prácticas de mantenimiento, culminando en una infraestructura que impulsa al sector hacia una mayor eficacia, practicidad y productividad.
En conclusión, el panorama del BIM en 2023 está marcado tanto por los logros como por los retos. Reconocer las complejidades de la adopción de contenidos BIM y la colaboración arroja luz sobre el camino a seguir. Valorar la información como un activo, superar los obstáculos a la colaboración y aprovechar el potencial de las bases de datos allanan el camino hacia un futuro en el que el sector opere sin problemas en el nivel 3 de BIM.
Este viaje no está exento de complejidades, pero encierra la promesa de un sector de la construcción que se nutre de la colaboración, en el que la información es un bien preciado y las bases de datos son la columna vertebral de la eficiencia. A medida que navegamos por esta frontera digital, el esfuerzo colectivo para salvar las distancias, buscar soluciones innovadoras e impulsar el sector hacia cotas más altas define la narrativa de BIM en 2023.